Es uno de los enigmas de la historia contemporánea. No se sabe cómo fue construida ni quién hizo esta obra en una iglesia de Nuevo México.
Santa Fe es una ciudad que fue fundada por los españoles en 1607 y fue durante unos breves años la capital de un territorio mexicano, hasta que Arizona y el actual Nuevo México pasen a integrar el territorio de los Estados Unidos en 1848. La Organización Mundial de la Salud la considera como la ciudad menos contaminada del mundo. Pero es conocida especialmente por la curiosa escalera de la capilla de Loreto.
Es más bien chica, a pesar de ser la capital de un estado, y tiene pocos monumentos. Son principalmente edificios religiosos, construidos varios de ellos a pedido de un obispo de origen francés, Jean-Baptiste Lamy, durante la segunda mitad del siglo XIX. Uno de ellos es la Capilla de Loreto, donde está la escalera más enigmática del mundo.
Un poco de historia
Esta sencilla pero inexplicable obra de carpintería atrae tanto -o más- visitantes cada año que las galerías de arte de la ciudad. Para conocer la historia hay que remontar a los años 1850 cuando Lamy trajo monjas de la congregación de las Hermanas de Loreto, desde el lejano Kentucky, para ayudarlo en evangelizar y alfabetizar a los indios y a los mexicanos de la región. Para llevar a bien su misión, encargó la construcción de un convento, de un colegio y de la capilla.
Las obras empezaron en 1873 bajo planos de un arquitecto francés que hizo una pequeña réplica de la Sainte-Chapelle de París. Una vez terminada, la capilla fue la primera construcción gótica del oeste de América del Norte y muchos elementos fueron importados desde Francia como los vitrales y los ornamentos.
Durante la construcción se omitió la realización de una escalera para acceder al coro alto. En vez de destruir parte del edificio para hacer lugar para una escalera, las hermanas invocaron a San José, el santo patrón de los carpinteros, en sus plegarias.
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Al cabo de unos días, un forastero se presentó y se ofreció para resolver el problema. Dijo que podía construir una escalera sin romper nada del armonioso edificio recién inaugurado. El carpintero trabajó solo y con pocas herramientas; sin encargar maderas a los proveedores de la región y sin siquiera reclamar pagos por su trabajo.
Cuando terminó su obra, se fue sin dejar rastros. Las hermanas descubrieron entonces una hermosa escalera caracol de madera, prolijamente fabricada sin el uso de pegamentos ni de clavos. Y lo más extraño es que no tiene ninguna base para soportarla. A simple vista, cada peldaño se sostiene gracias al anterior y así hasta más de 6 metros y medio de alto. Años más tarde se agregó la actual baranda y se desplazó la escalera cerca de una pared.
Un triple misterio
En 1968, la Academia de la congregación de Loreto cerró sus puertas y sus propiedades fueron vendidas. La capilla es actualmente un museo privado que se alquila para eventos corporativos y familiares. También abre sus puertas como museo para quienes quieren ver la famosa escalera.
Nunca se pudieron resolver los tres misterios vinculados con esta obra maestra de carpintería: ¿quién fue su constructor?, ¿cómo hizo para desafiar las leyes de la gravedad? y ¿de dónde proviene la madera?. Frente a estas incógnitas y contando la cantidad de peldaños (33, la edad de Cristo), las monjas fueron las primeras en hacer correr el rumor de una construcción milagrosa, obra de San José en persona.
Desde fines del siglo XIX, la escalera de la capilla de Loreto de Santa Fe fue estudiada e investigada por muchas personas. Algunos piensan haber desvelado el misterio del carpintero y creen que fue François-Jean Rochas, un maestro artesano francés que vivía en la región en aquellos tiempos. Se basan en una necrología del diario The New Meixcan de 1895 que especificaba que Rochas había sido el creador de la escalera. ¿Será así? Porque ese hombre murió relativamente joven y las monjas siempre afirmaron haber tratado con un anciano… El primero de los misterios sigue en realidad sin respuesta. Al igual que los otros dos…
La Capilla abre de lunes a jueves de 9.30 a 16.30 hs, los viernes y sábados de 9.30 a 17.00 hs y los domingos de 10.30 a 17.00 hs. Cierra cuando se organizan recepciones privadas. Está al 207 Old Santa Fe Trail, en el centro de la ciudad Santa Fe.
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