En ese pequeño país de América Central, las temperaturas no suelen bajar de los 18 °C durante todo el año, y el verano es largo y caluroso. Es entonces un destino ideal para visitar en cualquier momento del año. Ofrece desde playas junto al mar Caribe hasta ríos y cascadas en medio de la selva tropical.
El Consejo de Turismo de Belize comparte algunos secretos para refrescarse en lo momentos más calurosos del año y conocer distintos rincones del país más allá de sus cayos y de sus playas.
Una maravilla natural: el corazón de la Reserva Forestal de Mountain Pine Ridge encierra un secreto refrescante. Se trata de una piscina natural inmersa en un paisaje de aventuras y una exhuberante vegetación tropical que es el hogar de muchas especies de aves, que hacen escuchar sus cantos en todo momento. El río On Pools crea un marco ideal para pasar una jornada en medio de una naturaleza preservada y hacer un picnic luego de haber disfrutado de las cataratas Big Rock.
Más que playa: los pueblos del sureste de Belize, como Hopkins o la colorida Placencia permiten disfrutar de un día de sol y playa de otra manera. Sus centritos ofrecen una perfecta combinación de colores, artes y gastronomía. El famoso paseo marítimo de Placencia Village se recorre saboreando un helado artesanal.
Un oasis escondido: la cascada Maya King ofrece un refugio aislado para combatir el calor. Las cascadas invitan a darse un chapuzón mientras se contempla la exuberante vegetación tropical. Es otro lugar ideal para pasar un día, en la sombra de la selva, disfrutando de un picnic al borde del agua y escuchando los cantos de aves exóticas.
Una escapada tropical: los tres atolones de Belize (Lighthouse, Turneffe y Glovers) son un paraíso para el buceo y el submarinismo. Sus arrecifes de coral forman un ecosistema donde conviven incontables especies de animales y peces, desde tiburones y tortugas hasta rayas. Entre dos incursiones bajo el mar, los islotes locales como Calabash Caye, Half Moon Caye o Laughingbird Caye son ideales para tomar sol y disfrutar de uno de los rincones más preservados del Caribe.
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