Pocas ciudades de Brasil son tan turísticas como Curitiba, la capital del estado de Paraná. Cuenta con una conexión aérea directa con Buenos Aires y es conocida por su cuidada planificación urbanística, sus hermosas zonas verdes y la sustentabilidad como premisa.
Para los parámetros brasileños, Curitiba es una ciudad mediana (1,9 millones de habitantes, menos de un tercio de los 6,3 millones de Río de Janeiro), con un clima fresco y un ambiente ordenado. Está ubicada al sur, donde la temperatura promedio más alta nunca supera los 26 grados centígrados.
Una forma perfecta de recorrer los puntos más atractivos de la ciudad son los buses de dos pisos de la “Linha Turismo“, que recorren un circuito de 26 atracciones bajo un sistema de hop-on y hop-off, es decir, en el que los pasajeros bajan y suben donde quieren y arman su propio recorrido. El ticket da derecho a desembarques y embarques ilimitados durante 24 horas desde el primer ingreso. Un recorrido ideal para los que prefieren la comodidad de un city tour sobre ruedas podría ser el siguiente:
Jardín Botánico
El invernadero del Jardín Botánico es uno de los grandes símbolos de la ciudad, y su cuidado parque invita a dar un agradable paseo. Especialmente el sendero Jardim das Sensações es una prueba para los sentidos: 200 metros para caminar entre las plantas con los ojos vendados.
Museo Oscar Niemeyer
Es uno de los mejores museos de Brasil: desde un inicio, impresiona por su estructura externa, con forma de ojo. Las exposiciones abarcan diversas disciplinas artísticas y en julio ofrece un amplio programa interactivo para niños y familias. La cafetería del museo es un lugar ideal para hacer una pausa antes de continuar el paseo por la ciudad.
Ópera de Arame
Se trata de un símbolo de Curitiba, un gran teatro hecho de tubos de acero y cristal, en un entorno también inusual: el cráter de una cantera desactivada. Allí se encuentra el Vale da Música, un festival artístico que combina música, naturaleza y arte. Para quienes viajan en familia, se pueden subir al escenario del teatro y visitar el sendero del bosque situado en la parte trasera del teatro para ver a los patos y otros animales deambulando por los alrededores.
Memorial Ucraniano
El Memorial Ucraniano es un homenaje a los inmigrantes de ese origen que hicieron vida en la ciudad. Dentro de su capilla hay un pequeño museo que cuenta la historia de estos inmigrantes y expone objetos típicos, como las pêssankas, las cáscaras de huevo delicadamente pintadas a mano. El Memorial Ucraniano está al lado del Parque Tingui, para quien quiera prolongar la visita.
Centro Histórico
Lugar perfecto para ser la última parada del circuito. Allí, las antiguas mansiones e iglesias conservadas casi hacen pensar que se ha retrocedido en el tiempo. Hacia las afueras del Centro Histórico, se pueden encontrar lugares para disfrutar de un buen café en el Solar do Rosário o una cerveza fría en los muchos bares de los alrededores.
Playa en Ilha do Mel
Para cerrar con broche de oro la experiencia de Curitiba, hay que dejar un día libre para visitar Ilha do Mel (Isla de la Miel), una playa ubicada a unos 120 km de Curitiba, accesible tras un corto tour en barco. El contraste entre el color de la costa de Paraná y la vegetación, formada por ecosistemas de restinga y Mata Atlántica, le da gracia y belleza a Ilha do Mel, cuyos imperdibles son el Farol das Conchas, la Gruta das Encantadas y la Fortaleza de Nossa Senhora dos Prazeres. Las hermosas playas de la isla, generalmente desiertas y tranquilas, son los destinos perfectos para disfrutar de un día soleado.
Más información: El recorrido de la Linha Turismo de bus cuesta 50 reales (unos US$ 10) en efectivo. Los autobuses paran en cada punto a horas fijas y circulan todos los días excepto los lunes.
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