Por qué vamos a tener que compartir cada vez más espacio con los animales salvajes

El contacto entre el hombre y la fauna salvaje va a aumentar en más de la mitad del planeta. Un nuevo estudio muestra dónde tendrán que cohabitar más los humanos y los animales salvajes.

Por Neil Carter, Associate Professor of Wildlife Conservation, University of Michigan and Deqiang Ma, Postdoctoral Researcher in Environment and Sustainability, University of Michigan

La coexistencia entre el ser humano y la vida salvaje aumentará en más de la mitad de la superficie terrestre del planeta de aquí a 2070. La principal causa de esta evolución es el crecimiento de la población humana. Esta es la principal conclusión de nuestro nuevo estudio publicado en la revista Science Advances.

Nuestras investigaciones sugieren que, a medida que aumente la población humana, humanos y animales compartirán zonas cada vez más pobladas. Por ejemplo, si cada vez más gente se asienta en bosques y zonas agrícolas, la cohabitación entre humanos y fauna salvaje aumentará bruscamente. Pero también aumentarán en las zonas urbanas a medida que la gente se traslade a las ciudades en busca de trabajo y oportunidades.

Los animales también migran, principalmente en respuesta al cambio climático, que está desplazando sus áreas de distribución. En la mayoría de las regiones, la riqueza de especies, es decir, el número de especies únicas presentes, disminuirá a medida que los animales se desplacen a los climas que puedan soportar mejor. Pero a medida que aumente el crecimiento de la población humana, se producirá un grado cada vez mayor de cohabitación entre los seres humanos y la fauna salvaje en la mayoría de las zonas.

También hemos podido identificar zonas en las que la cohabitación entre humanos y fauna salvaje disminuirá a medida que se desplacen las poblaciones humanas, pero estas zonas siguen siendo mucho más raras que los lugares en los que este fenómeno aumentará.

El mapa superior muestra las zonas en las que se prevé que aumente la cohabitación entre el hombre y la fauna salvaje de aquí a 2070. En las zonas naranjas, la densidad de población humana aumentará, mientras que la riqueza de especies -el número de especies presentes- disminuirá. En las zonas moradas, aumentarán tanto la densidad de población humana como la riqueza de especies. El mapa inferior muestra las zonas donde disminuirán las interacciones. En las zonas verdes, disminuirán tanto la densidad de población humana como la riqueza de especies. En las zonas rosas, la densidad de población humana disminuirá, mientras que la riqueza de especies aumentará. Ma et al, 2024, CC BY-ND

Descubrimos que África es el continente donde más aumentarán las interacciones entre humanos y fauna salvaje (70,6%), seguido de Sudamérica (66,5%). Por el contrario, es en Europa donde más disminuirá la cohabitación entre humanos y fauna salvaje (21,4%).

Por qué es importante

En todo el mundo, los seres humanos y los animales salvajes compiten cada vez más por un espacio terrestre limitado. Esta situación puede tener consecuencias perjudiciales, como el aumento de los conflictos entre humanos y fauna salvaje y la propagación de enfermedades entre humanos y animales.

Sin embargo, las interacciones con la fauna salvaje también pueden tener beneficios. Por ejemplo, las aves ayudan a controlar las plagas en determinados cultivos. Los estudios también demuestran que observar aves y animales en la naturaleza puede mejorar la salud mental de las personas.

Por eso es importante pensar en estas interacciones de manera que se minimicen los impactos negativos y se maximicen los beneficios. Este es un objetivo clave del Marco Global de Biodiversidad, que 196 países adoptaron en 2022 como directriz para conservar la vida en la Tierra y frenar la pérdida de especies salvajes.

Nuestros resultados también ponen de relieve la necesidad de una buena gestión de la coexistencia entre humanos y fauna salvaje, sobre todo en las zonas identificadas por nuestra investigación como aquellas en las que las interacciones serán más frecuentes en el futuro.

Cómo trabajamos

Con este fin, hemos desarrollado un índice espacial para medir el grado futuro de cohabitación entre el hombre y la fauna salvaje en todo el mundo. Para evaluar este fenómeno región por región, multiplicamos la densidad de población humana por el número de especies presentes en una zona determinada. Para ello, incluimos 22.374 especies terrestres de anfibios, aves, mamíferos y reptiles.

Combinando conjuntos de datos publicados sobre las poblaciones más recientes (2015) y las previsiones futuras (2070), pudimos analizar cómo cambiará la cohabitación entre humanos y fauna silvestre de aquí a 2070 e identificar los lugares donde el uso compartido del espacio aumentará de forma más drástica. A continuación, estudiamos los cambios en la riqueza de especies para cada tipo de paisaje (tierras de cultivo, praderas, zonas urbanas y bosques) en función de si aumentan o no las interacciones entre humanos y fauna.

Próximos pasos

En general, nuestro trabajo muestra cómo cambiará la cohabitación entre humanos y fauna salvaje, pero la investigación también necesitará estudios locales para comprender mejor las consecuencias. Por tanto, los futuros trabajos sobre terrenos compartidos por el hombre y la fauna deberán analizar factores como la abundancia, el comportamiento y la ecología de las especies, así como los tipos de interacciones entre el hombre y la fauna.

Los responsables políticos también pueden utilizar los resultados de nuestro trabajo para orientar la planificación de la conservación de cara a un futuro en el que los territorios de determinadas especies estarán más densamente poblados por el ser humano. Por ejemplo, nuestras proyecciones pueden ayudar a identificar las ubicaciones de los corredores de hábitat, los espacios cruciales que permiten a la fauna moverse entre áreas clave de una zona de hábitat fragmentada. También podrían ayudar a identificar zonas relativamente protegidas de los efectos del cambio climático a lo largo del tiempo y que podrían servir de refugio a especies amenazadas.

Nuestra investigación también puede ayudar a orientar futuras inversiones en conservación, como la repoblación de zonas donde la densidad de población humana está disminuyendo, o la conservación y mejora de los hábitats de la fauna salvaje en zonas cada vez más urbanizadas.

Por último, nuestro estudio nos recuerda la importancia de implicar a las comunidades locales en la conservación de la fauna salvaje. Estamos convencidos de que utilizar una amplia gama de estrategias de conservación y tener en cuenta las necesidades humanas es la forma más eficaz de garantizar una coexistencia sostenible.

Foto de apertura: Jirafa en el Parque Nacional de Nairobi, con edificios al fondo. rjmiguel/Shutterstoock. Esta nota fue preparada por The Conversation.