El único lugar en el mundo donde avistar el pato vapor cabeza blanca

La mayor población del vistoso y carismático pato vapor cabeza blanca habita en las islas frente al pueblo de Camarones al sur de la provincia argentina de Chubut. La especie solo puede observarse en la costa atlántica de esta región de la Patagonia.

Las islas e islotes situadas frente a las costas de Chubut son un ecosistema de gran biodiversidad y entre sus especies se encuentra el peculiar pato vapor. Es la única especie de pato marino en Sudamérica, y el pato vapor cabeza blanca es endémico de Chubut. María Laura Agüero es bióloga, ilustradora científica e investigadora del Conicet, y dedicó gran parte de su carrera a estudiarlo.

María Laura nació en Trelew y creció en el valle del río Chubut. Su vida conectada con la naturaleza la llevó a estudiar biología. «Conocí al pato vapor cuando fui asistente de campo en el norte del golfo San Jorge. Allí lo vi por primera vez y me pareció espectacular», recuerda.

Mediante sus investigaciones, María Laura mapeó la distribución y el comportamiento del pato vapor cabeza blanca y encontró que la especie habita en una estrecha franja costera, de unos 700 kilómetros, que se extiende desde la desembocadura del río Chubut hasta el límite con Santa Cruz, y que entre Bahía Bustamante y Bahía Santa Elena reside el 50% de la población total de esta especie. 

Características y curiosidades de un animal único

Lo primero que llama la atención es su nombre. Proviene de su particular forma de desplazarse sobre el agua, en la cual genera un efecto visual similar al vapor de los antiguos barcos. Al menos así lo percibieron los navegantes que los describieron. «Cuando agita sus alas y hace vuelos rasantes, se levanta como un spray de agua que parece vapor”, explica María Laura.

Otra particularidad de la especie es su reproducción. En las islas de la región entre las bahías, donde se identificó el 95% de los nidos, las hembras ponen un huevo cada dos días hasta llegar a una puesta de entre siete y diez huevos. «Cavan un pequeño hoyo bajo la protección de un arbusto, lo llenan con ramitas y una corona de plumas que arrancan de su propio pecho».

El macho y la hembra tienen distintas características físicas: “Los machos se distinguen por sus cabezas blancas y picos anaranjados, con el resto del cuerpo de color gris claro y castaño en el pecho. Las hembras, en cambio, presentan tonalidades más amarronadas en la cabeza y el cuello, junto con una línea blanca característica que se extiende desde el ojo hasta el cuello».

Su importancia para el ecosistema y el desarrollo sostenible

La conservación del pato vapor cabeza blanca importa por el valor intrínseco de la especie, pero también porque forma parte de un ecosistema en el que cumple un rol. La pérdida de este rol y de sus interacciones generaría impactos negativos en el ecosistema marino, al igual que sucede con muchas otras especies.

«Esta especie, al igual que todas las demás, es un eslabón fundamental de un entramado ecológico más amplio. Quitar uno de estos eslabones hace que el propio sistema tambalee», explica María Laura.

La importancia de conservar al pato vapor cabeza blanca se ve resaltada por su bajo número poblacional, que es menor a los 6000 individuos.

Adicionalmente, debido a que solo puede observarse en esta parte del mundo, el pato vapor cabeza blanca es un atractivo importante para el turismo de naturaleza. Por ejemplo, en la zona de Patagonia Azul, desde Camarones hasta Bahía Bustamante, o durante una navegación por las islas, se puede observar a estas aves con facilidad.

El compromiso de María Laura con estas carismáticas aves augura que el pato vapor cabeza blanca continuará deslizándose por las aguas del mar de Chubut, cumpliendo su rol ecológico y generando admiración por su gran belleza.

Fotos: Fundación Rewilding Argentina