El pueblo garífuna tiene una fuerte presencia en el país, con comunidades en Dangriga, Belize City, Orange Walk, San Ignacio y Hopkins. Su llamativa y alegre cultura es cada vez más apreciada por los viajeros que buscan integrar visitas en sus viajes por Belize.
Los garífunas forman un pueblo que se formó hace varios siglos y que fue originalmente compuestos por esclavos negros que lograron escaparse de sus captores y se juntaron con algunas de las últimas comunidades sobrevivientes de arawaks, en la isla de San Vicente, en las Pequeñas Antillas. Hablan su propio idioma y tienen una cultura muy distinta al resto de los habitantes de la región del Caribe. Los primeros 500 Garinagu llegaron a Belize en 1823, desde Honduras, donde se instaló una importante comunidad sobre la isla de Roatán, hace mucho tiempo.
Aunque la primera llegada de Garinagu a Belize fue en 1802, cuando 150 arribaron como trabajadores asalariados en campamentos madereros en el sur, se recuerda sobre todo la llegada masiva de 500 Garinagu, liderados por Alejo Beni, a las orillas de North St. Ann’s Creek el 19 de noviembre de 1823. Esa fecha es considerada desde 1977 en Belize como el Día del Asentamiento Garífuna y es una gran celebración, que desborda el marco de esta comunidad. Esta fiesta comienza con una recreación del histórico “Viaje de los Garinagu” o “Yurumein” desde San Vicente a Roatán, Honduras, y luego a las costas de Belize. Yurumein significa “San Vicente” en lengua garífuna, y el viaje comienza temprano por la mañana, con los participantes remando en botes mientras recrean el recorrido. Al desembarcar, uno de los capitanes de Chatoyer pide permiso a las autoridades para que todos se instalen, pero se lo niegan dos veces. Al tercer intento, se les permite desembarcar.
Yurumein es una representación cultural y simbólica de las diversas figuras históricas Garífunas, como Joseph Chatoyer y Alejo Beni, y las canciones reflejan las duras condiciones a las que se enfrentaron durante su viaje. La procesión está encabezada por la bandera negra, blanca y amarilla de la nación Garífuna, símbolo de su herencia africana y amerindia, y de su búsqueda de la paz. Además de figuras históricas, la nación Garífuna está representada por viajeros, entre los que se encuentran un anciano y una anciana, una mujer embarazada, otros adultos y niños. De las barcas sacan cosechas como la mandioca, el plátano y la caña de azúcar que trajeron los antepasados. Al ritmo de los cantos y bailes acompañados de dos tipos de tambores, el primero y el segundo, y de los agitadores de calabaza llamados sisira, los participantes son conducidos en procesión a la iglesia para celebrar una misa de acción de gracias.
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